Un día más...un año más

Tlalnepantla, México a 12 de octubre de 2011

Estimada familia
MANZANO ALVARADO

Hoy es un día especial en el que se ha de festejar el cumpleaños del primogénito, si del que ha nacido primero, hoy se cumplen 7 años del beneplácito de saber que llegó a este mundo, que hizo acto de presencia, que dio su primera bocanada de aire y su primer ¡llanto!, han trascurrido tantos días desde esa fecha que hoy se puede apreciar su crecimiento físico, el emocional-sentimental y el espiritual; el primero producto de la naturaleza, un hecho natural que no tiene intervención humana y que se va dando día a día, sin que se pueda detener, en el que seremos espectadores de ese crecimiento y de nuestro envejecimiento; el segundo que se va aprendiendo gracias al intercambio de ideas, el aprender a ser a partir de los problemas que se presentan y de las propias decisiones y de la capacidad de asumir las consecuencias, con esto se fortalecerá el ¡quién eres! Y sobre todo el ¡qué quieres!, ósea lo que quiero ser en determinado tiempo ¡doctor!, ¡ingeniero!, ¡maestro!, ¡mecánico!.... o lo que se quiera, inculcándole que no es solamente llegar al fin, sino que sea ¡el mejor! esa es la meta a alcanzar, el objetivo que hay que enseñarles, aunque como padres tenemos un plan para ellos, el que sean mejor qué nosotros, pero a veces ellos tienen su propio plan, que nos inconforma pero no nos queda más remedio que aceptar y apoyar y todo esto se da con la intervención de la familia, la cercana (padres y hermanos) ósea la inmediata y la mediata (abuelos, tíos, primos), pero no solo basta su cercanía física, sino el poder compartir sucesos apoyados por la decisión de cada uno de los partícipes; por último la espiritual, que es la cercanía de cada uno de nosotros con Dios o con la esencia etérea en la que crea la familia, es necesario inculcarles la cercanía de esté, para poder agradecer en el día a día la existencia de todos los que lo rodean, porque hay que ser agradecidos por el simple hecho de vivir y poder compartir cada momento que estamos presentes en este tiempo de vida del hombre que puede ser largo…. Y en el tiempo Dios y del universo un instante; por lo que cada momento que vivamos compartámoslo, acompañándolos y a veces hay que hacernos a un lado para se caigan y puedan levantarse y aprender de esto, no siempre podremos resolverles la vida, las dificultades que se les presentan, pero si podemos enseñarles a ser ellos mismos, a saber quiénes son y puedan enfrentarlas con la humildad necesaria pero con la fortaleza requerida para poder seguir adelante.
Con mucho afecto
Alejandro Manzano