viernes, 29 de abril de 2011
Mi tia Elisa, la más grande de la familia llega a los 86 años con una fortaleza inquebrantable, lucida, llena de vitalidad y ganas de seguir viviendo, comiendo a sus horas, hablando suavemente y simultaneamente dando consejos sobre la forma de vida correcta y plena que ella considera, católica y asidua asistente a la iglesia para conversar con el creador, sonriente ante cualquier situación y a pesar de que su audición esta reducida a un 10% ve televisión, aunque por momentos dormita.
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Que gusto conocer a la tía Elisa, debe ser que ella encontró la sabiduría de no acarrearse complicaciones extras a las que la vida va imponiendo, debe ser que los valores de vida le dieron una filosofía y pragmatismo que la llevo a ver que solo estamos de paso y por ño tanto no tiene prisa de irse. Uff quien fuera ella!!!!
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