Cuando de ti no salen más palabras, cuando has decidido alejarte y refugiarte en la isla del silencio y has metido a todos los que crees que
te señalan en la botella de la indiferencia para aventarla en el mar del
olvido, cuando solo hay palabras sueltas que carecen de cercanía y dejas que se
enfríe el lazo consanguíneo dejando que el frío del aislamiento lo rompa y
cuando lo jales para encontrarte con tus raíces y te des cuenta que se ha
perdido y estas desconectado, tendrás que anudarlo a nuevas relaciones,
deseando que te conforten y confronten con tu verdad y que te permitan la plenitud
y la satisfacción de oigas "estas bien" aunque estés mal; mientras
los del otro lado lanzarán bengalas de esperanza y cariño, con la idea de que
veas esa pequeñas luces y regreses nadando por frío mar del olvido a la tierra
de donde nunca se olvidaron de ti.